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lunes, 23 de febrero de 2009

Mujeres nazarenas en San Isidoro

San Isidoro aprueba la salida de nazarenas ocho años después

A la segunda fue la vencida. Ocho años después de la primera consulta, San Isidoro aprobó ayer la inclusión de las mujeres en sus filas nazarenas. La propuesta, planteada por la junta de gobierno, fue aprobada por una abrumadora mayoría.

Las hermanas de San Isidoro podrán vestir la túnica de ruan negro de la cofradía de la Costanilla el próximo Viernes Santo. El cabildo general de la corporación, reunido ayer en sesión extraordinaria, acordó la adaptación plena de las Reglas de la corporación a las Normas Diocesanas de 1997, enmendando de esta forma la decisión adoptada en marzo de 2001, cuando, por abrumadora mayoría, la cofradía rechazó la participación femenina en la estación penitencial.

De los 228 hermanos que asistieron ayer a la convocatoria, 156 secundaron la propuesta planteada por la junta de gobierno, frente a los 70 que votaron en contra. Hubo un voto en blanco y otro nulo.

La adaptación de las Reglas de San Isidoro a las Normas Diocesanas vigentes abarca, además del de la mujer nazarena, otros aspectos, como la constitución de la hermandad como asociación de derecho público, el cambio en el régimen electoral y modificaciones en el proceso sancionador de la corporación. Con la decisión de ayer, el Viernes Santo se convierte en el tercer día de la Semana Santa sevillana –tras el Martes y el Miércoles Santo– en que todas sus cofradías permiten la salida de nazarenas. Según las estimaciones de la hermandad, este mismo año unas 25 hermanas de San Isidoro podrían ya salir acompañando a sus titulares.

San Isidoro abandona, de esta forma, la ya exigua lista de cofradías que aún vetan la presencia de nazarenas en sus filas. Son seis: Amor, Penas de San Vicente, Quinta Angustia, Silencio, Gran Poder y Santo Entierro.


* Articulo aparecido en El Correo de Andalucía

1 comentario:

EL CANTARO CON ANIS dijo...

Jartible como te gusta buscarme las cosquillas mamona.... pero no voy a entrar, a no ser que alguien entre al trapo que entonces tendre que decir las verdades del barquero.