En la tarde del Lunes Santo, la hermandad de San Gonzalo inició estación de penitencia con evidente información de riesgo de lluvia.
Por eso se echó a la calle de esta forma.
Los hermanos mayores, para explicar las decisiones, anteponen los "activos" personales y patrimoniales al deseo de efectuar la estación de penitencia.No me lo creo. El patrimonio de la hermandad es reparable y el personal con unos sobres de ibuprofeno va la cosa para adelante.
Ahora bien, el riesgo evidente es que en la procesión van, y más en este caso, cientos de niños que son responsablidad de la hermandad, que se refugiaron en la Magdalena y que se formó un altercado público a la hora de los padres los recogieran. Dicen, no sé si es cierto, que tuvo que acudir la policía para poner orden en el evento.
Pues bien, ¿de verdad merece la pena salir a la calle de forma tan acelerada y extraña, y arriesgarse a sufrir las situaciones que se produjeron? ¿Tuvo algún tipo de lucimiento la hermandad en la calle?