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lunes, 14 de septiembre de 2009

Un poquito de opinion.


Después de 36 años desde que los Estudiantes comenzó con su cuadrilla de hermanos formada por el Penitente, y la imitación de las demas(debido al declive que ya apuntaban las cuadrilla de "profesionales"), el modelo en mi opinión está agotado para la mayoría de las Hermandades. ¿No sería mas lógico un modelo de cuadrillas pertenecientes a un capataz reconocido y cumplidor y que sacara a la calle las cofradias que confiaran en el, y que independientemente los costaleros que quisieran se hicieran hermanos y los que no no se hicieran? La política es mala, y la creación de grupos de poder que se ha visto desde hace años está poniendo en boca de todos y haciendo mucho daño a la Hermandades. Por tanto, una opción es sustituir las "cuadrillas de hermanos" y contratar cuadrillas de distintos capataces, establecidas, sólidas y firmes, dentro de las cuales se hiciera hermano el que quisiera, y que fueran refrendadas o no por cada Junta de acuerdo a su criterio anual. De hecho, en Hermandades menos numerosas ya se hace.


Visto en pasionensevilla.tv. Opinen vuesas mercedes.

7 comentarios:

ADOBO DE PLAZA SAN ANTONIO dijo...

Si hay que opinar, pues se opina.
Para mi profesional, o costalero o capataz profesional, es aquel que desarrolla su cometido o trabajo con profesionalidad. Otra cosa es que ese trabajo sea remunerado (esa remuneración, cuando es secreta, y el secreto lo suele ser a voces, también es perjudicial; las cosas claras...), y no hay nada malo en que lo sea. Siempre lo fue. Lo que hay que ser sinceros y claros.
Pero sin divagar más, muy pocas serían las cofradías que podrían sacar a la calle sus pasos con cuadrillas de garantía si no fuese por costaleros, en su mayoría por afición, pero que no toman el trabajo debajo de los pasos como un "hobby". Los que así lo hacen, que los hay, suelen durar más bien poco en las cuadrillas.
Entre costalero-hermano y hermano-costalero, me quedo sin dudar con la primera opción. Primero costalero, y después si la devoción a las imágenes, el cariño a la hermandad o al barrio, el compañerismo, los amigos o cualquier otra razón le lleva a pedir la solicitud de hermano, mejor que mejor. Seguramente ese costalero vestirá a su hijo con la túnica de esa hermandad a la que llegó puede que casi de rebote, y cuando deje de salir bajo sus trabajaderas, seguramente no causará baja en la lista de hermanos. Pero si en su momento le obligaron a hacerse hermano por obligación para sacar un paso, ocurrirá las más de las veces lo contrario.
Y, aunque formaba parte de tu reflexión, permíteme que no opine sobre capataces (muchos sin capacidad), porque me conozco y me embalo. Y no tengo que darte más explicaciones creo yo.
No digo más.

Kiski dijo...

Si tantos lo demandamos, ¿por qué no se dan pasos hacia ver eso en un futuro?

Un Saludo

Ñoño dijo...

Y quien le pone el cascabel al gato?.

Papasmarrone dijo...

Las sevillanas maneras de hacer la estación de penitencia obligan a que los participantes vayan concentrados, en silencio y si puede ser, como todos estáis esperando, rezando.

Una vez aclarados los conceptos os hago otra preguntita. Es posible que yo haya visto el declive de los profesionales, pero ¿no os parece que la excesiva profesionalización de las cuadrillas haría que los costaleros se convirtieran en sacapasos sin importarle lo más mímimo cómo salimos, cómo llegamos y sobre todo cómo vamos? Yo empecé con alguno de ellos y el "vámonos que nos vamos que mañana hay otra" lo he escuchao debajo de un paso.
¿Podría ser que el modelo del hermano-costalero se haya envilecido con el costalero orante que todos conocemos?

Anónimo dijo...

En mi modesta opinión, hay que volver a la pureza. Una cofradía es una Hermandad en movimiento, ese movimiento lo generan físicamente sus hermanos y espiritualmente la fe, materializada en las veneradas imágenes. por eso, en el caso que nos ocupa, mi opinión es que primero hermanos y luego que se vayan haciendo costalers. El costalero no nace, se hace. Basta de chicotás interminables y demás proezas atléticas o coreografías de danza, fuerte parriba, derechito y palante, y no hay más. Lo dicho vuelta a la pureza.
Bien es cierto que muchas de nuestras Hermandades no gozan de devotos tan numerosos como para conformar una cuadrilla de costaleros capaz de ir y volver con garantias de hacerlo con decoro, en cuyo caso, obviamente deberían volver a ofrecer remuneración, porque el que paga manda y ya está bien de costaleros mandones, que el que manda es primero el (la) de arriba y segundo el de delante y no nadie de abajo.
Pureza.
Un abrazo desde Almonacid

Fuerte pa´rriba dijo...

Sólo digo:
...Fuerte pa´rriba, los tios derechos y vamonos que nos vamos; aquí, allí y en Pekín. Y si es con el respaldo de una cuadrilla comandada por alguién delante que sabe lo que hace y confía en su gente, mejor que mejor.

ADOBO DE PLAZA SAN ANTONIO dijo...

Se cuenta de un capataz en Sevilla, por cierto, gran capataz, que arengando a su cuadrilla minutos antes de la salida, dijo algo así como que "aquí se viene a trabajar, para rezar hay 364 días al año, pero hoy a demostrar la categoría...". Y sin olvidar lo que se lleva arriba, debajo de los pasos hay que trabajar. Coincido con el amigo de Almonacid en que las demostraciones gimnásticas o coreográficas, en más de una ocasión, sobran. Pero no es menos cierto que si el que se quiere meter debajo de su Cristo o su Virgen no está capacitado para hacer el trabajo, y recalco lo de trabajo, para eso está la túnica... para rezar.
Sobre el tema de que el que paga manda, no creo necesario llegar a la vuelta a las cuadrillas asalariadas. Afición entre peones con capacidad hay. Lo que no se puede pretender por parte de las hermandades que esa cuadrilla "profesional" sea además fuente de ingreso de las arcas de la Mayordomía. Y si se quiere así, que se atengan a las consecuencias, porque si tú me exiges ahora después te exigiré yo.